¿Por qué ir a la Laguna Humantay en Cusco?
Hace unos meses el gobierno peruano emitió un comunicado anunciando que la Laguna Humantay estaba rumbo a convertirse en el tercer atractivo más visitado de Cusco, luego de Machu Picchu y la Montaña de 7 Colores. ¿Por qué?
No lo entendí hasta que subí y vi una de las lagunas más bellas que he visto en mi vida, y siendo una peruana que ha nacido y caminado por varias de estas, creo que es decir mucho. Y la verdad es que no tiene nada que envidiar a las pristinas aguas en las montañas Suizas o las de Salzburg en Austria, Humantay tiene un encanto único en todo el mundo.
La mística Laguna Humantay se encuentra a 4,200 m.s.n.m, escondido entre los apus ("Montaña" en quechua, lengua de los Incas y que todavía usado en Perú) Humantay y Salkantay. Pertenece a la misma ruta que la caminata Salkantay hacia Machu Picchu, por lo que si algún día decides tomar esta ruta de 5 días y 4 noches, te encontrarás con esta maravilla.
La única forma para llegar es caminando, así que alista tus zapatillas outdoor de trekking y vamos. La caminata no es ligera y es en altura, por lo que te recomiendo aclimatarte como mínimo 24 horas antes de ir. La mayoría de tours te recogerán de tu hotel a las 4:00 AM y te llevarán por 3 horas en carretera al pueblo de Mollepata en Cusco. Una vez ahí, podrás desayunar y recargar energías. No comas todo el buffet, a menos que seas de esos que lo necesita. Recuerda que la altura también afecta el sistema digestivo, y no queremos sorpresas a mitad de camino.
Recargados, nos dirigimos al campamento base de Soraypampa, desde donde partiremos. Mientras caminas podrás ver los grandes domos que se alquilan para la caminata Salkantay, que también parte del mismo punto. Mientras avanzas, vas viendo cómo se asoman los grandes apus, como vigilándote. Y es que en la cosmología andina, los apus son dioses, seres sagrados vivientes que protegen los pueblos.
En esta caminata, llevé a un amigo extranjero, escalador profesional, que no paraba de gritar de emoción diciendo que nunca había visto este nivel de inclinación en las montañas. No lo entendí hasta que lo empecé a sentir. No me considero fit ni deportista, pero creí que ostentaba algún nivel de estado físico, pero pocas cosas te preparan para una caminata de hora y media, a 4200 m.s.n.m, con ese frío, y a ese nivel de inclinación. Mi amigo estaba preparado para estas condiciones de la naturaleza, yo no. Veía como se alejaba rápidamente, mientras yo me iba quedando atrás con todos los mortales que no escalamos montañas semanalmente. Empecé a sentir los efectos de la altura, el dolor de cabeza, el pecho se me cerraba y respiraba profusamente. El guía se nos acercaba a asegurarse que estuviéramos bien y a darnos ánimo. "A tu tiempo, toma agua, respira y descansa si es necesario". Le hice caso. Cada 3 pasos paraba y volvía a recuperar aire. Empecé a sentir vergüenza de mi misma y mi pésimo estado físico hasta que miré alrededor. Eran pocos los que podían caminar con la dignidad intacta.
Mi amigo desapareció (Un excelente amigo) y me quedé avanzando con un grupo de americanas que lanzaban improperios de frustración mientras avanzaban. Y es fácil frustrarse, pero si algo me queda en claro, es que la mente gana al cuerpo. Cambié chip y empecé a ver alrededor, y me di cuenta que estaba perdiendo lo más importante del viaje: el camino más que el destino. ¡Y vaya, qué espectaculo y privilegio es el presenciar las imponentes montañas de la Cordillera de Vilcabamba! ¿Cuántas veces en tu VIDA volverás a ver esto?
No les conté que mientras caminas, aparecen los pobladores a ofrecerte un caballo para el camino. "¡60 soles, caserita!" es lo que escuchas mientras avanzas. Y es fácil caer en la tentación de la ayuda, pero yo decidí hacerlo a pie, mientras veía que cada vez más personas cedían al cansancio y la altura. No tengas vergüenza en aceptarlo. Solo recuerda llevar efectivo y cambio.
"¡Aquisito no más, faltan 10 minutos!" escuché de mi guía, y la verdad es que si eres peruana como yo, sabes bien que esa frase no es nada más que una cruel mentira diseñada para aminorar tu cansancio y darte esperanzas que tu sufrimiento está por terminar. Y es que en Perú, esa frase puede significar que falta medio día de caminata. Felizmente, este no fue el caso. Metí lo último de energía que pude y llegué.
Dentro de todo el cliché, es inexplicable ver esto después de una caminata así. Se me fue el cansancio. Tan solo, miren esto.
Y es que en Perú, usualmente las lagunas son de un azul oscuro, pero esta - por algunos minerales, microalgas y el fondo glaciar de la cuenca en la que reposa, aguas del deshielo del apu Humantay, adopta un impresionante color turquesa.Es inevitable quedarse hipnotizado por el espectáculo. Fotos, fotos y fotos. Te recomiendo una buena cámara.
Ahora, también es muy común que los tours incluyan un ritual de agradecimiento a la Pachamama (madre tierra), a quien se le agradece por el espectáculo y se le pide que cuide a los visitantes. Aquí por favor, te pido respeto. Es un ritual andino de muchos siglos de antigüedad, es tradición que ha logrado mantenerse viva y considéralo un privilegio presenciarlo.
Y así terminó mi experiencia subiendo a la laguna Humantay. La bajada es bastante rápida, pero debido a la inclinación del camino, puede afectar a las rodillas. Ten en cuenta eso.
¿Por qué ir a la laguna Humantay? Además de ser una experiencia única, es un espectáculo de la naturaleza que probablemente no esté disponible por mucho tiempo (¿Aló, Calentamiento Global?), es una experiencia deportiva intensa, es una experiencia mística que te ayudará a conocerte mejor y respetar las tradiciones y la naturaleza.
Te recomiendo buenas zapatillas, vestimenta que te abrigue y te proteja de los fuertes vientos, bloqueador, hidratación, mucha buena vibra, paciencia y respeto, que te aseguro que presenciarás uno de las mejores espectáculos de tu vida.
¿Dónde contratar tu tour? Etiner pues. Asesoría gratuita y a precios locales 😉 Mira el tour a la Laguna Humantay aquí
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