¿Cómo practicar el turismo sostenible?
El turismo puede tener efectos muy opuestos según cómo sea gestionado. Por un lado, el turismo bien administrado tiene un papel fundamental en el desarrollo económico, social, cultural y ambiental de cada país. Pero por el contrario, el desarrollo turístico sin control ni planificación puede conducir a impactos muy dañinos en los recursos naturales, patrones de consumo y sistemas sociales.
La necesidad de una planificación y gestión sostenible del turismo será imprescindible para que la industria sobreviva y revertir el efecto de la pandemia de este 2020.
Practicar el turismo sostenible es un asunto de conciencia y el cambio empieza por ti, así que te dejamos algunos tips:
- Haz un consumo eficiente del agua.
- Usa la energía con conciencia.
- Reduce tu huella ecológica.
- Elige productos locales.
- Da preferencia a servicios que tengan prácticas responsables.
- Privilegia las experiencias relacionadas con la naturaleza.
- Usa el transporte público lo más posible para reducir tu huella de carbono
Estas medidas no solo son útiles cuando vas de viaje, sino también en tu vida diaria, pero eso es harina de otro costal y en este artículo nos ocupa el turismo sostenible.
Respeta y protege el patrimonio
Las normas establecidas en los lugares de valor histórico o natural tienen como fin preservar dichos bienes para que las generaciones futuras también puedan disfrutarlos.
¿Qué quiere decir esto? Que, por pequeño que te parezca, llevarte una piedrita de Machu Picchu, por ejemplo, no es una acción inocente. Es un hecho que afecta todo el ecosistema local.
En cambio, puedes experimentar nuevas rutas y conocer 4 formas de llegar a Machu Picchu que no sabías que existían.
Si cada uno de los miles de turistas que visitan lugares arqueológicos, cuevas y patrimonios naturales anualmente se llevan una piedrita como souvenir, no quedaría nada en pie.
Es mejor que lleves tus recuerdos en fotos y videos. Tampoco quieras eternizar el momento estampando tu firma en lugares históricos o monumentos.
Descubre el placer de los destinos rurales
Una de las ventajas que te da la práctica del turismo sostenible es que no tienes que ir a los lugares más conocidos. Puedes abrirle el paso a la aventura y recorrer zonas poco conocidas y llenas de riquezas naturales.
Visitar destinos rurales y localidades pequeñas te permitirá descubrir bellezas que sólo los lugareños disfrutan.
Cuando recorres esos poblados que han estado en el olvido ayudas a dinamizar un poco su economía, conoces a su gente y te nutres de experiencias nuevas.
Apoya los emprendimientos locales
Comprar a los artesanos locales sus productos y llevarlos como souvenirs para tus familiares y amigos es una forma de hacer turismo sostenible.
Pero no te conformes sólo con eso. Se trata de disfrutar con conciencia social.
Aprovecha de descubrir la gastronomía local, visitando para cada comida un expendio distinto. Así tu dinero irá a varios hogares.
Respeta los senderos marcados para el turista
El demarcado de los senderos para turistas tiene como fin preservar el medio ambiente. Especialmente en los sitios naturales que son zonas protegidas y en los lugares considerados patrimonio de la humanidad, es vital que respetes las rutas marcadas.
Cada vez que un visitante se sale del sendero establecido puede perjudicar a la flora y la fauna del lugar, pone en peligro el proceso de polinización, arriesga la cadena alimenticia de las especies y genera un daño cuyo impacto se sentirá en el futuro.
Tú puedes hacer la diferencia, manteniéndote apegado a las normas.
Aplica prácticas sostenibles en todo momento
Este turismo consciente del que has decidido formar parte, implica un buen grado de madurez y respeto por el otro. Esto comienza por implementar prácticas sostenibles como:
- No arrojar basura en los espacios públicos.
- Separar residuos reciclables de los orgánicos.
- Evitar el uso de plásticos desechables.
- Andar en transporte público
- Usar adecuadamente el agua y la luz, dos bienes escasos en el mundo.
En conclusión, podemos decirte que el turismo sostenible es como una mesa que se sostiene en tres patas muy firmes:
El ambiente, para preservar la biodiversidad y los ecosistemas. Esto se logra mediante un uso justo de los recursos naturales, sin renunciar al progreso social y económico.
La sociedad y su cultura, que da prioridad al bienestar colectivo por encima del beneficio individual. La estabilidad de la población y su identidad son fundamentales.
Una economía más justa, que promueve el desarrollo y la rentabilidad mediante el uso racional de los recursos. Se fomentan actividades que generan ganancia, al tiempo que preservan el ambiente y crean sostenibilidad social.
¿Te entusiasma la idea del turismo sustentable? Te ayudamos a preparar tu próximo viaje. Escríbenos a [email protected]
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